sábado, 18 de octubre de 2014

Prólogo del Libro a cargo del Dr. Winstón Orrillo


Prólogo

Cuando se empiezan a hacer los trabajos, las investigaciones, lo primero que pensamos es ¡cómo no se hizo esto antes! ¡Cómo es posible que solo ahora se estudie el papel cardinal que la prensa militar del Ejército Libertador, desempeñara en la prosecución de nuestra gesta independentista! Es algo que parecía obvio. Y, sin embargo…

Así sucede casi siempre: alguien comienza y, entonces, todos dicen: pero claro, ése era el camino: no podría haber habido Emancipación si no se degüella, primero, la solidez de una conciencia colonialista y servil, que era la que realmente medraba en nuestro bienamado país, que no por nada fue uno de los últimos bastiones del despreciable poder colonial español en América.

Se trata, en este libro, de destacar, sobre todo, el genio del Libertador San Martín, quien aprehendió el papel consubstancial que la guerra psicológica tendría para facilitar la caída de un poder que, si bien es cierto, ya mostraba obvios rasgos de decadencia, aún se mantenía enhiesto en el otrora bastión del poder chapetón en esta parte del mundo.

Tan grande fue este rol –el del vencimiento de la guerra psicológica- que ella permitió que San Martín y sus tropas tomaran la ciudad de Lima sin disparar un solo tiro, y luego, desde ella, proclamaran la Independencia del Perú.

Concientización y aglutinamiento de la población: ése era el camino que San Martín, cuyo ejército –en  fuerzas numéricas- apenas llegaba a los cinco mil hombres, que, mermados por las enfermedades y las vicisitudes de la campaña, hubieran sido presa fácil para el aún poderoso ejército realista.

Por ello, la necesidad perentoria de un “minucioso, persistente y subrepticio programa proselitista, una activa estrategia publicitaria que fuera menguando los ánimos de los españoles, en cuanto alentaba la de los peruanos”.

Despertar la conciencia patriótica en la sociedad –y mentalidad- colonial peruana: ésa fue la ciclópea tarea que cumpliera el equipo de prensa que formaba parte del Ejército Libertador.

En fin, se trataba de crear, en los adversarios, un desajuste psicológico, un clima de derrota mental que, a priori, los debilite. Para ello, avant-la-lettre usar efectos psicosociales que generaran, en el enemigo, etapas de miedo, pánico y desorientación, pesimismo y desaliento que permitieran llegar a acuerdos con la población civil en pro de la formación de una conciencia popular, requisito sine qua non para el triunfo de la causa libertaria.

Por ello, independientemente de las acciones bélicas, este valioso texto de José Roberto Revoredo Castro, incide en la formación de una conciencia popular que, en efecto, preparó el clima o el ambiente, incluso bastante antes de que estallara la conflagración en sí.

Porque algo que se nos revela a muchos es que el ejército que enfrentarían las fuerzas independentistas, estaba formado, en su mayoría, por soldados peruanos, cuyo exterminio hubiera sido un verdadero fratricidio.

De allí el carácter sui generis de esta guerra que se librara gracias al genio de San Martín, quien conocía la función ideológica que desarrollan los medios de comunicación, a través de sus mensajes.

Pero, modesto como era, San Martín no sobrevaloró su conocimiento en este campo, pues él era, ante todo, un estratega y un guerrero, por lo que se supo rodear de aquellos especialistas en esta guerra psicológica que, igualmente, se podría llamar una “Guerra de Zapa”.

Se seleccionó, pues, personal idóneo: magníficos en la técnica periodística, pero unimismados por la visión de su Norte: la libertad del Perú.

Pertrechos ideológicos y periodísticos

El Ejército Libertador llevaba, entre sus pertrechos de guerra, una imprenta portátil, verdadero motor para la gesta independentista, y donde se imprimían y daban a conocer los triunfos y los avances patriotas; y, asimismo, las necesarias proclamas que arengaban a la tropa y población, en la lucha por el objetivo común.

La primera publicación hecha por nuestros periodistas militares, fue el “Boletín del Ejército Unido Libertador del Perú”, amén de volantes, folletos y otros documentos subversivos frente al trastabillante sistema colonial.

De este Boletín aparecieron 14 números, el primero el 5 de octubre de 1820, en el cuartel General de Pisco. El último el 2 de junio de 1821, en Barranca.

 Periodistas militares

Dirigían aquel muy eficiente equipo periodístico el argentino Bernardo de Monteagudo, el colombiano Juan García del Río y un argentino, nacido en Madrid, Antonio Álvarez Jonte. Todo ellos llevaron adelante el trabajo de redacción y difusión de la propaganda, además del necesario contacto con los patriotas peruanos.

Era idea de San Martín –idea que probó ser muy acertada- que debilitando la moral del enemigo, con armas psicológicas que ocasionaban la deserción en sus tropas, le aseguraría el triunfo.

Grandioso efecto de esto: el 2 de diciembre de 1820, el Batallón Numancia, uno de los más reputados del ejército español, desertó de las filas del Rey, con lo que los realistas vieron que su causa estaba prácticamente ya perdida.

San Martín, entusiasmado por estas victorias ostensibles, redobló el número de las proclamas, con lo que se instauró una verdadera guerra de la pluma; lo cual dio como resultado que se estuvieran librando, en realidad, dos guerras: la de las armas, y la de la pluma, en la que tuvo un papel cardinal el periodismo.

El periodismo del Ejército Libertador

Frente a los engendros oficiales, como La Gaceta del Gobierno de Lima o el mal llamado El Triunfo de la Nación, se yergue el periodismo del Ejército Libertador que, como escribiera el maestro Tauro del Pino, “su concepción es más moderna que la advertida en los voceros realistas, porque recoge y hace noticia. Es serio y ágil, agudo y versátil, ilustrado y panfletario, según lo exigieran las circunstancias...”

Dentro del conjunto de patriotas que coadyuvaban en la difusión de las noticias libertaria, también destaca, agudamente, este libro el papel de la mujer que, con la apariencia de realizar reuniones “sociales”, en realidad planificaban nuevas formas de ayudar al ejército de San Martín.  Asimismo, se destaca el papel de un clero nacionalista que permitió que las iglesias sean centro de reuniones y de confabulación contra la declinante tiranía chapetona.

 El Pacificador del Perú”: el periódico patriota

Exactamente, el 10 de abril de 1821, el heroico equipo de prensa del Ejército Libertador, emite una nueva publicación que, con el nombre del rubro, fue el primer periódico patriótico y realmente independiente.

Redactado apenas en cuatro páginas, y publicado en la imprenta de José Antonio López, tuvo trece ediciones, con respetuoso pero firme criterio profesional, idóneo para combatir las ideas y sentar principios para la nueva sociedad ad portas.

En fin, no obstaculizamos, más, al lector, que deseará, ávidamente penetrar en las  páginas de este volumen, tanto fascinantes cuanto aleccionadoras.

El magíster José Roberto Revoredo Castro, para decirlo, con pocas palabras, ha acertado, en este trabajo de investigación, que, a mayor añadidura es su sobresaliente tesis de postgrado para la Escuela Académico-Profesional de Comunicación Social de la Facultad de Letras de la Cuatricentenaria Universidad Nacional Mayor de San Marcos, de Lima. Su mirada zahorí nos ha permitido adentrarnos en los meandros de una época fundacional para el destino de la prensa escrita de nuestra república dolorosa (Martí dixit).

Además, relevamos el sentido altamente polémico y enhiesto que él tiene al exponer sus pareceres, como, verbi gratia, en la desmitificación de Jaime Bausate y Meza y el hecho de que, el de la puesta en marcha de su anodino y procolonialista “Diario de Lima”, sea el día (1 de octubre de 1790) consagrado para honrar (deshonrar sería mejor decir) el Periodismo en el Perú.

Hay asimismo, en el presente libro, páginas preclaras sobre el papel jugado por una publicación “El Mercurio Peruano”, acerca de la que tanta tinta equívoca se ha hecho circular.

Felicitamos, pues, a nuestro exalumno Revoredo Castro, porque, con este volumen no solo enriquece la bibliografía sobre el tema, sino que abre derroteros para continuar una investigación realmente inexhaustible.

                                   La Calera, Lima, 2 de febrero de 2014
                                                    

Dr. Winston Orrillo

Profesor Principal de la Facultad de Letras de San
                                                      Marcos, Escuela Académico Profesional de
 
Comunicación Social
 
Premio Nacional de Periodismo del Perú

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